La gravedad del Sol y, sobre todo, de la Luna, atrae el agua de los
océanos y provoca las mareas. Las mareas son subidas y bajadas del nivel
del mar que se producen varias veces al día.
La Luna atrae el agua que está más próxima a ella. Así, la parte del océano que está de cara a la Luna se abomba hacia ella.
Al mismo tiempo, en el lado opuesto de la Tierra el agua se abomba en
sentido contrario. ¿Por qué? Por la inercia. La Luna atrae a toda la
Tierra, no sólo al agua. Lo que pasa es que la tierra es rígida y no se
abomba. La inercia se resiste a la gravedad y tira en sentido contrario.
Por eso el océano del otro lado de la Tierra también se abomba, aunque
menos.
El Sol también atrae el agua de los océanos, pero en menor
medida que la Luna. Aunque su gravedad es mayor, al estar más lejos,
influye menos. El Sol produce mareas más débiles.
El abombamiento
del océano hace que en la costa se vea cómo el mar se retira y vuelve
varias veces al día. Las mareas no se producen siempre a la misma hora.
Varían con las fases lunares, ya que la Luna aparece en el cielo a
distintas horas.
La altura de las mareas también varía, y no es la misma en todos los
lugares. En las fases creciente y menguante, las mareas son más pequeñas
y se llaman mareas muertas. En cambio, cuando hay Luna nueva y llena,
el Sol, la Luna y la Tierra se alinean y las mareas son mayores. Se
llaman mareas vivas. Las mareas más intensas se producen en Luna nueva,
ya que la gravedad de la Luna y del Sol tiran en la misma dirección y se
suman.
Hay varios tipos de lunas: